La salud mental, es definida como un estado de bienestar, que implica equilibrio y por tanto la disponibilidad de recursos psicosociales para hacer frente a la rutina diaria. Por ejemplo, una persona habitualmente tiene la capacidad de responder a estímulos o retos que puede tener durante el día.

Existen factores que atentan a la salud mental y por tanto pueden repercutir en ella, llevando a las personas a encontrarse en estados de agotamiento y sensación de indefensión ante los retos de la vida, esto tendrá que ver con los recursos personales, con el contexto y entorno en el que la persona viva y la forma en la que el mismo entorno reaccione o le de protección.

Pongamos un ejemplo: imagina que hoy al salir de casa, vas a encontrarte con un grupo de amigas y amigos, a quienes ves regularmente, pero en el trayecto ha sucedido un accidente, has observado todo, en tu cabeza está el constante recuerdo de lo ocurrido y aunque deseas concentrarte en lo que estás viviendo, en que vas manejando, en que quieres llegar a tiempo a tu cita, no paran los pensamientos, y sigues recordando ese accidente.

Estos pensamientos resultan invasivos, y han empezado a generar un desgaste, que se observa en tu capacidad para poner atención, para conectarte al presente y además han generado algunos sentimientos, que no sabes ni como pronunciarlos, pero reconoces que no se siente bien.

La persistencia de este estado, de estas sensaciones, de la notable dificultad para concentrarse, de cambios en el estado de humor, apetito, sueño, pueden ser un reflejo de una repercusión significativa en la salud mental. Reconocer estos cambios es importante, para poder identificar algunas soluciones que nos permitan buscar un estado de afrontamiento positivo, que favorezca la regulación de las emociones. Y esto puede ocurrir, cuando tenemos una red de apoyo, que soporta, acompaña y valida lo que sentimos.

La Salud Mental aporta entonces, algo que a simple vista no es evidente, pero existe y sensible, decir, brinda la posibilidad de responder, continuar, hacer frente recuperar el propio sentido vida.